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domingo, 23 de octubre de 2016

El caso de la doctora Odile Fernández: sanada después de un cáncer estadio IV

Una historia de superación, constancia y, sobre todo, de esperanza para todos los enfermos de cáncer, familiares y amigos. También para cualquier persona que le importe su salud y la de sus semejantes. En general, recomendaría a todo el mundo que conozca la historia de Odile Fernández.

Odile Fernández 


Cáncer no es igual a muerte


Te voy a contar la experiencia de una mujer joven que estuvo al borde la muerte con solo 32 años y que en lugar de rendirse, luchó, se involucró en su enfermedad y consiguió eliminarla. Toda una historia digna de ser contada, sobre todo por su ejemplo de superación y por su gran potencial para otorgar esperanza a las personas diagnosticadas con cáncer, que pueden pensar que eso es el fin.

Es importante que los afectados por esta enfermedad sean conscientes que cáncer no tiene por qué ser igual a muerte y que jamás deben darse por vencidas, ni dejarse deprimir por las expectativas de su médico, ni sentir miedo. En su lugar deben involucrarse de forma activa en la enfermedad y luchar en base a tres puntos básicos: alimentación sana, actitud positiva y amor. Sobre estos pilares trabajó Odile, que ahora te expondré mejor.

Palabrería o hechos ante la enfermedad


Que nadie se eche las manos a la cabeza, aquí no voy a dar fórmulas mágicas para sanar el cáncer, ni tampoco voy a recomendar que estos enfermos dejen sus tratamientos oncológicos. Simplemente, voy a indicar, según el caso mencionado, cómo ayudar a prevenir y/o potenciar la curación y a evitar muchos efectos negativos de la quimioterapia.

La primera vez que leí sobre la experiencia de la doctora Odile Fernández me llegó muy adentro, porque todo lo que estaba leyendo era efectivamente lo que yo defendía y creía desde hacía muchos años. Como amante de la salud natural (coexistiendo con la convencional) siempre pensé que una de las bases principales para prevenir enfermedades y gozar de buena salud está en la alimentación y las emociones.

Desde entonces soy una fiel seguidora de su blog y sigo alguna de sus conferencias o entrevistas de televisión por YouTube, en espera que venga cerca de mi ciudad para poder ir a una de ellas personalmente.

A todas mis personas cercanas (y no tanto) enfermas de cáncer, les informo del caso y de la existencia del blog, con el fin de darles esperanza y enseñarles el camino a una curación con la ayuda de una dieta sana y adecuada, así como una actitud mental hacia la serenidad, la esperanza y el amor.

Solo con mis consejos la gente puede desconfiar, ya que las personas enfermas de cáncer suelen entrar en un estado de shock y terror que es difícil de imaginar, por eso el testimonio directo de una superviviente de cáncer estadio IV, y que además es doctora en medicina, puede otorgar una confianza más solida que la mía.

El caso de la doctora Odile Fernández y la superación del cáncer


Si solamente cito que Odile Fernández es una mujer joven, médico de familia en Granada (España) y con dos hijos. Hasta aquí todo parece normal, pero esta historia es mucho más que eso. La doctora Fernández contrajo cáncer de ovarios a los 32 años, sufría metástasis en vagina, pulmón y huesos. Tenía solo un 5% de posibilidades de vivir más de 5 años.

Tiene un blog que creó con la finalidad de contar su experiencia, en el que de forma principal publica recetas anticáncer, pero que también puedes encontrar los beneficios de algunos alimentos, artículos de opinión y mucho más.

También tiene publicados varios libros sobre recetas de cocina, así como una guía práctica y una agenda, todo con el fin de ayudar a llevar una alimentación y vida anticáncer.

Reconozco que este caso me impresionó desde el principio, no sé muy bien si solo influyó mis coincidencias sobre sus métodos curativos (como indico más arriba) o su semblante dulce y feliz que transmite seguridad, serenidad y mucha sinceridad.

A pesar de vivir rodeados de personas oportunistas y aprovechadas que no dudan ni por un instante en sacar beneficio económico de la debilidad ajena, a Odile es de esas personas que te las crees, que no dudas de sus testimonios ni argumentaciones. Irradia honestidad y ternura.

Ella invita desde su blog a que los escépticos que creen que no es posible un diagnóstico y evolución similar puedan conocer su historia clínica y ver todas las pruebas. Así tuvo que hacer con un oncólogo que no creía su historia y quedó conmocionado después de poder observar él mismo, con el permiso de Odile, todo el historial clínico.

En cualquier caso, hay personas que piensan que se curó solo por la quimio, otros por la alimentación y/o estilo de vida. Ella piensa que fue por el conjunto de todo. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

Reacción después de despertar del shock ante el cáncer


Cuando conoció la fatal noticia comenzó a preguntarse qué sería de su hijo y resto de familia, si iba a sufrir, si moriría muy pronto y un etcétera de preguntas que la sucumbieron en un periodo de sollozos y lamentos hasta que, afortunadamente, reaccionó.

Por su profesión de médico, sabía que en muchas enfermedades la alimentación y las emociones van muy ligadas. A los diabéticos la dieta es esencial sobre sus niveles de glucemia, a los hipertensos las emociones varían sus cifras de presión arterial y a los enfermos del corazón les influye la alimentación, los estilos de vida y las emociones. Y pensó, ¿por qué no a los oncológicos?

Tomó parte de la enfermedad, comenzó a investigar en Pubmed1, la mayor base de publicaciones médicas del mundo, y ahí fue descubriendo la relación tan evidente que existe entre la dieta y la forma de enfermar. ¡No podía creerlo! En toda su carrera universitaria no le habían enseñado nada sobre medicina preventiva, nutrición y emociones, en el origen y desarrollo de enfermedades. Y existían muchos casos que se evidenciaba la relación.

Realmente es increíble que en la carrera universitaria para formar a médicos (por lo menos en España, desconozco lo que ocurre en otros países) no exista ni una asignatura que hable sobre nutrición y prevención para evitar enfermar. Quizá sea ese el motivo de que el oncólogo suela decir a sus pacientes que pueden comer de todo. Una auténtica barbaridad si tenemos en cuenta que hay estudios científicos que revelan que existen alimentos carcinógenos, como la carne procesada o los embutidos, entre otros.

Asimismo, en asociaciones oficiales contra el cáncer se cita que la forma de cocinar afecta el riesgo de contraer cáncer. Por ejemplo los alimentos fritos o a la parrilla producen benzopirenos que son sustancias cancerígenas. Al igual que recomiendan que no se abuse de los ahumados, salazones o conservas en vinagre, porque producen nitrosaminas, también cancerígenas.

A Odile Fernández también se lo dijeron, “come de todo y no hagas nada”, pero ella no se conformó con estas palabras de su oncólogo, del mismo modo que se resistió a despedirse de su familia, como le aconsejaba el psicólogo.
Como ella misma dice, lo ideal sería un modelo de medicina oncológica integrativa en el que no se prestase atención únicamente a la enfermedad, sino sobre todo al enfermo. Debería existir una comunicación mucho más fluida y extensa entre oncólogos y pacientes.

Y también menciona que la raíz de este problema reside en que estos especialistas disponen de poco tiempo y formación para ofrecer a sus pacientes las herramientas e información que el enfermo demanda. Además, la mayoría desconocen los beneficios que puede otorgar las terapias oncológicas junto a dieta saludable, ejercicio físico y bienestar psicológico.

El sueño de Odile Fernández para ayudar a los enfermos de cáncer


Después de tener claro la relación que existe entre la alimentación y la gestión de las emociones con la forma de enfermar, no tiene duda de que su deseo sería maravilloso.

Le encantaría poder gestionar una casa de reposo en plena naturaleza, en la que se tratase al paciente oncológico de forma integral. En ese lugar los pacientes recibirían tratamiento convencional de la mano de oncólogos y enfermeras, pero además disfrutarían de ejercicio al aire libre como yoga, chikung o paseos. Se les enseñaría a cocinar y degustarían exquisitas recetas preparadas con alimentos frescos ecológicos y de temporada.

También existirían talleres de “arteterapia” para pintar, hacer manualidades o practicas similares para ayudar a canalizar y eliminar sentimientos negativos. Y grupos para poder expresar sus miedos e inquietudes sin ser juzgado ni cuestionado.

Sin duda, una maravilla de sueño, al que yo añadiría, para seguir soñando, que lo subvencionara la Seguridad Social y de este modo pudieran beneficiarse todas las personas, no solo las que su poder adquisitivo se lo permita. ¡Ojalá se haga realidad!

Cítricos, alimentos anticáncer
 (Foto by Petr Kratochvil)

Terapia natural anticáncer de la doctora Odile Fernández


Después de los primeros efectos negativos de conocer su enfermedad, respiró hondo y comenzó a repetirse “Cáncer no es igual a muerte, dejo atrás el miedo y doy paso a la esperanza. Voy a sanar” y comenzó una nueva vida en la que no tenía cabida el miedo, solo reinaba la esperanza, el amor y la felicidad.

Los pilares de su nuevo plan de sanación eran: alimentación, ejercicio físico y gestión de emociones.
Introdujo en su dieta alimentos ricos en fitoquímicos que bloquean el proceso de carcinogénesis, y eliminó los alimentos ricos en carcinógenos y/o pobres en nutrientes.

Suprimió:
  • Refinados como el pan blanco y la pasta blanca, ya que a este tipo de alimentos les quitan parte de sus nutrientes, como la fibra, vitaminas, polifenoles y minerales, y les dejan los hidratos de carbono y las calorías.
  • Los procesados y empaquetados.
  • Alimentos ricos en azúcares refinados, como la pastelería o bollería.
  • Los aceites vegetales refinados, como el de girasol o maíz.
  • Las carnes rojas, embutidos, salazones y ahumados.
  • Las frituras y las barbacoas.
  • Lácteos.

Incorporó:
  • Alimentos crudos, como ensaladas, gazpachos y batidos o licuados, a base de frutas y verduras de temporada. Vegetales de hoja verde, crucíferas, cebolla, ajo y tomate. Fruta fresca, en especial manzanas rojas, frutos rojos, cítricos, uvas, melocotón, ciruela y nectarinas.
  • Pescados hechos al vapor, sobre todo los azules de tamaño pequeño como el boquerón, caballa o la sardina.
  • Legumbres y cereales integrales.
  • Germinados de alfalfa, brócoli y judía mungo.
  • Especias y aromáticas: cúrcuma, curry, pimienta negra, cayena, orégano, perejil, cilantro, canela, clavo y cardamomo.
  • Frutos secos crudos: nueces, avellanas o almendras.
  • Semillas, algas y setas.

Cúrcuma, especia con efecto demostrado anticáncer
(Foto by Simón A Evgster)

En el plano psicológico:

Cambió su forma de pensar y comportamiento. Empezó a valorar los pequeños detalles y a sentir un gran amor por todas las personas que le rodeaban y a sí misma.

En cada descanso de la quimioterapia emprendía un viaje junto a su pareja y su hijo. Durante las sesiones planeaba el siguiente viaje y ello le ayudaba a soportar mejor la sesión.

En definitiva, disfrutaba de cada instante, sentía ilusión e irradiaba amor incondicional hacia todo y hacia todos.

Conclusiones finales


Según la OMS el cáncer es una enfermedad que se puede prevenir. ¡Y el 70% de ellos pueden prevenirse con una buena alimentación y estilo de vida saludable!

¿Por qué no nos ponemos manos a la obra?




sábado, 15 de octubre de 2016

Alimentación vegetariana o vegana ¿Buena o perjudicial?

Conoce un poco más la alimentación vegetariana o vegana. ¿Es buena para la salud o perjudicial? ¿Tú qué opinas?


Alimentación vegana (foto by Jessica45)


El declararse vegetariano conlleva renunciar a todo tipo de carne animal, o en el caso de los veganos también a alimentos procedentes de ellos, como los huevos, la leche y la miel. Incluso hay un sector más estricto todavía, los crudívoros, que solo comen frutas y verduras crudas, ya que alguno de ellos opinan que al cocinar los alimentos pierden sus propiedades y beneficios, además de por otros motivos.

Llegar a ser vegetariano o vegano puede venir por diferentes causas, las principales son por razones de salud y por empatía hacia los animales. Generalmente los veganos más estrictos son por la segunda causa expuesta, mientras que en otros grupos de vegetarianos puede ser la primera o coincidir ambas.

Habrá gente que se asombrará ante el hecho que exista gente que cambie de alimentación por conciencia, pero aunque no lo crean, existen personas que alimentarse con cadáveres de animales va en contra de sus principios. Entre las que me incluyo.


Si realmente es adecuado para gozar de buena salud alimentarse de esta forma es complicado de averiguar, ya que mientras para unos es lo más sano y conveniente para el ser humano, para otros, con este tipo de dietas no consumimos todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.

Conozco el caso de una profesional de la medicina, la doctora Odile Fernández, autora de diferentes libros sobre alimentación y recetas anticancer, que para afrontar un cáncer con metástasis, junto con las terapias clínicas correspondientes, comenzó a seguir una dieta crudivegana en un principio y vegetariana en fases posteriores, que culminó en una curación casi milagrosa. 

Puedes seguirla en su blog "mis recetas anticancer"


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Alimentación carnivora y la conciencia


A la mayoría de nosotros nos han alimentado con carne animal desde niños, hemos crecido con ello, y por tanto, a priori, nos parece normal ver en las carnicerías, charcuterías y demás locales de alimentación de carne, cabezas de cerdo, pollos y conejos enteros, sesos, hígados, rabos de toro, costillas de cordero y un etcétera de trozos y despojos de animales para la venta y su posterior consumo.

Campaña de AnimaNaturalis en defensa de los animales y la alimentación vegana
Pero, ahora detengámonos, pensemos un poco despacio y retrocedamos en el tiempo. ¿Qué hubiera ocurrido si nunca nos hubieran alimentado con carne?, ¿si los animales solo los hubiéramos visto como unos seres vivos que comparten con nosotros el planeta y a los que solo habría que matar en caso de absoluta necesidad y, desde luego, nunca para digerirlos, ni para divertirse?

Pues sencillamente ocurriría que comer carne animal nos produciría asco, el mismo que nos produce pensar en comernos nuestra mascota, sea perro, gato o pájaro.

Pero, independientemente de esto...



¿Quién tiene la razón? ¿Qué dieta seguir, si queremos disfrutar de una buena salud? 




Contestar a estas cuestiones no es fácil, ya que existen muchas opiniones contrapuestas dentro de la ciencia médica sobre este asunto. También habría que apuntar hacia la industria cárnica y láctea, que apuesta muy fuerte y no sería sencillo luchar contra estas potencias. Ello sin contar con los establecimientos de comida rápida que tan implantados están en todo el mundo y mezclados con todo tipo de culturas.
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¿Es bueno o malo para nuestra salud mantener la dieta vegana? 




Supongo que a esto debería responder un profesional de la medicina. No obstante, conozco opiniones muy distintas de médicos tradicionales, e incluso dentro de la propia medicina naturista.

Por tanto, pienso que cada cual debe tomar su decisión, dependiendo de la circunstancia personal y después de asesorarse si lo estima conveniente. Mi opinión personal es que ser vegetariano, en su vertiente menos drástica, o sea el ovo lacto vegetariano, que come todo tipo de frutas y verduras, tanto crudas como cocinadas, además de algunos alimentos derivados de animales como los huevos, lácteos o miel, es la más cercana a la perfección para alimentarse correctamente, respetando a los animales, al medio ambiente y cuidando nuestra salud. No obstante, siempre con algunos matices, como evitar el consumo de leche de vaca entera, optando mejor por desnatadas u otro tipo de leches vegetales.

Según los profesionales de la medicina, en principio la carencia más significativa que tienen los vegetarianos, sobre todo los veganos más estrictos, es la vitamina B12, que se puede tomar con suplementos sin ningún problema, o incrementando dentro de la dieta vegana alimentos enriquecidos o dentro de los permitidos los que contienen esa vitamina, como algunos cereales y levaduras, así como algas, de forma destacada las Nori*

*Conviene resaltar, que alguno de los alimentos citados contienen análogos de B12, es decir no contienen verdadera vitamina B12 y, en consecuencia, no puede realizar sus funciones. Por tanto, siempre es aconsejable tomar esta vitamina en suplementos. 
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Alimentación vegana, dieta para purificar


Como contrapartida, el seguir este tipo de dieta purifica el organismo, ya que no produce putrefacciones en el intestino y deja descansar a las vísceras, debido a que no las somete al trabajo de neutralización tóxica necesario cuando se ingiere carne animal.

Por todo ello, si optas por una dieta vegetariana o vegana, de forma especial si eliges la segunda opción, puede ser una buena decisión según los puntos vistos, pero siempre teniendo en cuenta las posibles carencias de vitamina B12 y obrando en consecuencia. No obstante, antes de comenzar es conveniente consultar con el médico, sobre todo si padeces algún tipo de enfermedad.

Como conclusión personal y según mi opinión, la alimentación vegetariana es una forma de alimentarse que preserva la salud, el medio ambiente y los animales. Se puede seguir o no, pero son motivos suficientes para tenerla en cuenta y respetarla como se merece.




sábado, 3 de septiembre de 2016

La eterna polémica sobre si las plantas sienten o no

Que son seres vivos es un hecho, al igual que las bacterias, hongos y más organismos, pero. ¿Es posible que las plantas sientan dolor o sean capaces de sufrir, al igual que ocurre con los animales? Esto es una polémica que siempre rodea a las personas vegetarianas, entre otras cosas porque tienen que escucharlo muchas veces durante su existencia.




Un argumento muy recurrente entre los no vegetarianos, sobre todo cuando se dirigen hacia personas que sí lo son, es comentarles, casi siempre de forma recriminatoria, que las plantas pueden sentir dolor y sufrir, pero. ¿Es totalmente cierta esta afirmación?

¿Sienten y sufren las plantas?


Parece ser que la comunidad científica está dividida, aunque la mayoría opina que las plantas no tienen ningún tipo de conciencia, es decir son seres vivos que reaccionan ante estímulos, pero básicamente para mantener su homeostasis.
Los estudios que han llevado a cabo algunos pocos científicos para argumentar que sí sienten, no se sostienen demasiado, ya que las reacciones que se obtuvieron de los vegetales no significan que fueran conscientes ni sufrieran por esa causa. Son respuestas automáticas ante estímulos externos, como puede ocurrir con la cicatrización de una herida, que se realiza sin que las personas o animales intervengan para nada en ese proceso, ni seamos conscientes de él.
En opinión de muchos expertos se suele confundir sentir con reaccionar. Parece ser, que a diferencia de los animales, las plantas no son conscientes de su existencia, y sus distintos cambios son solo reacciones ante estímulos como lo hace cualquier materia. Lo que ocurre es que a veces se confunde este tipo de  transformaciones, como una forma de sentir, pero parece ser que esto no es así.

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El sentimiento, el sistema nervioso y el cerebro en los seres vivos


La diferencia principal entre las plantas y los animales es que unos poseen un sistema nervioso central, en el que está incluido el cerebro, que les otorga conciencia de su existencia, así como dolor y placer. En cambio los otros al carecer de él no son capaces de sentirlos.
Es de todos sabido que el sistema nervioso es el que permite, mediante sus mensajes al cerebro, que podamos sentir dolor y placer. Por tanto, es obvio que si las plantas carecen de él no tengan capacidad de sufrimiento.
Por otra parte, el dolor que experimentamos las personas y animales tiene una función vital, que es evitar sufrir algún daño o la muerte para permitir la perseverancia de las especies. En el caso de las plantas si fuera cierto que sintieran dolor o fueran capaces de sufrir, no tendría ningún tipo de función esa característica, al contrario sería una tortura innecesaria, ya que están ancladas en la tierra y no pueden huir ante peligros.

¿Por qué existen tantas opiniones sobre el sentimiento vegetal?


En cualquier caso, ¿qué pretenden con esos argumentos sobre la supuesta conciencia de las plantas? Este tipo de personas comen animales y también plantas. Entonces. ¿Dónde está el problema? Si es cierto que están convencidos que las plantas sufren y sienten dolor, pues que se conviertan en frugívoros y basen su alimentación en frutas, frutos secos, legumbres y otro tipo de alimentos que no matan plantas.

Pero lo cierto es que la mayoría de personas con estos argumentos, no parece ser que lo crean en realidad, sino más bien lo que intentan es atacar al vegetariano porque, en el fondo, les hacen sentir crueles por comer carne animal. Es decir, es un argumento en su propia defensa. Claro está, con algunas excepciones, sobre todo el caso de personas que por algún tipo de religión o creencia son de esa opinión y, por supuesto, hay que respetarlas. Pero, por regla general este grupo son frugívoros, por tanto, son coherentes, al contrario de otras personas.

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Es lamentable, pero casi todos los artículos, libros o reseñas que versan sobre recetas vegetarianas, defensa de matanza de los animales y temas similares, en muchas ocasiones son tema de reacciones críticas sobre ello. Bien con los argumentos expuestos u otros como que los animales están en el mundo para alimentar al ser humano, incluso que este tipo de personas no están en su sano juicio y exposiciones similares.  Partiendo de la base que hay que respetar las opiniones de cada persona, no se entiende esa reacción tan masiva y, en muchas ocasiones, agresiva y desproporcionada, hacia los vegetarianos y defensores de los animales.


En cualquier caso, mientras existan personas que coman carne animal y otras que no lo hagan, seguirá la polémica y los vegetarianos tendrán que seguir soportando los argumentos de los que no lo son.


jueves, 14 de agosto de 2014

¿Somos lo que comemos?

Desde que Hipócrates, el padre de la medicina, dijera la famosa frase “Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina”, han pasado muchos años y etapas en la historia de la humanidad.

Foto by gabrielmbulla

La alimentación y su vinculación con la salud


Hubo muchos periodos en que estas palabras apenas se tuvieron en cuenta, otros un poco más, y llegamos a la actualidad en que mientras un sector se atiborra de la llamada “comida basura”, bebidas azucaradas de cola u otro tipo de refrescos, alimentos refinados, hamburguesas, patatas fritas comerciales y snacks, entre ellas. Otros, en cambio, optan por una alimentación sana, en la que buscan mantener la salud y prevenir las enfermedades.

Pero. ¿Es cierto que con una alimentación sana preservamos la salud? ¿En realidad la alimentación puede ser nuestra medicina?

Estas y muchas otras preguntas se hacen cada día diferentes personas. Estar en posesión de la verdad absoluta, muchas veces, es difícil de saber y comprobar, pero hay que seguir una lógica según los conocimientos sobre lo que incumbe.


El alimento como medicina ¿Error o acierto?


No voy a describir paso por paso lo que ocurre cuando ingerimos el alimento, porque sería muy largo y, quizás para mucha gente, aburrido. Pero todos debemos saber que la digestión lleva un proceso que comienza en la boca con la masticación, y que en su transcurso se absorben todos los nutrientes, vitaminas, minerales y resto de componentes de los alimentos para que la “máquina humana” siga funcionando.

Para que eso suceda, los alimentos sufren transformaciones, la primera y básica es la que ocurre para convertirse en moléculas. De esa forma pueden ser absorbidos por el corriente sanguíneo, donde se van repartiendo por la red de pequeños capilares hasta llegar a cada tejido y, por ende, a las células que componen esos tejidos.
Sistema digestivo
 (Foto © Mariana Ruiz)

El objetivo final de todo el proceso es que las células tengan la materia prima para alimentarse y reconstruir sus partes dañadas. Cualquier obstrucción por no alimentarnos de forma correcta privará de energía o materiales básicos a las células. Si esto ocurre, mueren o no se reproducen de la manera correcta, con lo que se deterioran los tejidos a los que pertenecen y pueden provocar alguna enfermedad.

Por tanto, es obvio deducir, que dependerá de esos alimentos nuestra salud, estado de ánimo, buen aspecto, etc.

Entonces, si lo que introducimos está repleto de ingredientes negativos para el buen funcionamiento del organismo ¿Es tan raro, entonces, que pueda perjudicarnos?

Si, por el contrario, ingerimos alimentos sanos y naturales, llenos de ingredientes positivos para mantener nuestra máquina en perfectas condiciones. ¿No será, entonces, más factible gozar de buena salud y prevenir mejor las futuras o probables enfermedades?

Mucha gente puede pensar, “pero si la mayoría de estos alimentos que dicen son negativos los vemos a diario en anuncios de la televisión, en la vida que interpretan nuestros actores favoritos en el cine, en reportajes, en las estanterías de los supermercados, incluso muchos venden cifras astronómicas en todo el mundo. No pueden ser tan malos como algunos dicen. ¿Cómo puede ser malo algo así de publicitado, conocido y consumido? ¿Cómo iban a permitir que esos productos negativos estuvieran a la venta? “

Estoy convencida de que la mayoría de personas no son conscientes de algunos “venenos” que toman, ya que incluso lo dan a sus hijos de corta edad. Otras, lo intuyen, pero no quieren pensarlo, simplemente les gusta y lo toman. Otro sector lo consumen por imitación, ya que, como he dicho antes, lo ven por todas partes. A lo mejor no es su alimento favorito, pero eso es lo que hay que tomar, ¡lo hace todo el mundo!

Me estoy refiriendo, sobre todo, a las bebidas de cola, refrescos y algunos tipos de snacks comerciales.
Ante todo eso, yo me pregunto ¿Por qué nos dejamos manipular de esa manera? ¿Por qué nos creemos más un anuncio de televisión que a un médico naturista (entre otros) que nos aconseja comer sano y nos advierte del peligro de consumir ese tipo de alimentación?

Por supuesto, es aceptable y respetable que una persona no le importe lo más mínimo cuidarse y prefiera vivir a su antojo, sin pensar en las consecuencias. Lo vemos a diario con los fumadores, es su opción. Pero, la diferencia fundamental, es que los consumidores de tabaco, al igual que otro tipo de drogas, saben que es muy negativo para su salud. Si continúan haciéndolo es porque quieren o están demasiado enganchados para poderlo suprimir, pero sí lo saben, por lo menos la mayoría.

Ahora bien, en el tema de la alimentación es algo diferente, ya que poca gente piensa que tomando la bebida X pueda estar perjudicando su salud, y en realidad sí lo está haciendo. Claro está que nadie se muere por comer mal de vez en cuando. Me refiero a las personas que es su forma habitual de alimentarse.

Comida chatarra o basura, enemiga de la salud
(Foto © Bobak Ha'Eri)

 ¿Comer bien es sinónimo de vivir más años?


Por tanto, cuidando la alimentación podemos evitar muchas enfermedades y, en el caso de sufrirlas, tendremos más posibilidades de combatirlas. Ahora bien, no creo que nadie se atreva a afirmar que con ello se pueda asegurar al cien por cien una vida larga y feliz. Eso creo que es obvio. Entre otras cosas, porque existen más factores que pueden influir en que una enfermedad se desencadene.

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Existe el factor emocional, ambiental, estilo de vida y, sobre todo, el genético. Desde mi punto de vista, este último el esencial. Porque podemos comer de manera muy sana, hacer ejercicio, salir al aire libre y el sol, sonreír, ser amable, amar y todo el resto de principios para ser feliz y no enfermar. Pero, si en nuestra genética existe alguna alteración heredada, hay muchas probabilidades que la suframos a pesar de todo lo anterior.

Ahora bien, aun así, en la mayoría de los casos, se desencadena de forma más rápida si no cuidamos la alimentación y, además, siempre la podremos enfrentar mucho mejor.

Verduras, alimento para gozar de buena salud
(Foto © Tamorlan)

Algunos ejemplos científicos sobre alimentación y salud


En atención a las personas más incrédulas sobre la vinculación de la alimentación con las enfermedades, voy a citar algunos datos de instituciones o asociaciones oficiales.

- En la segunda conferencia de la Semana de la Ciencia 2010, organizada por la Fundación Científica aecc, el doctor Giuseppe Russolillo recomendaba para prevenir el cáncer lo siguiente: realizar actividad física regular, no fumar, amamantar a los hijos, evitar el alcohol y mantener una alimentación rica en frutas, hortalizas y productos integrales.

- En una guía sobre alimentación y salud publicada por la uned, se cita lo siguiente:

“Ya en 1984, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos estableció que un 35 por ciento de los tumores tenían su origen o estaban relacionados con factores alimentarios...”
“El primer informe global sobre dieta y cáncer, publicado en septiembre de 1997 por el Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer, junto con el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, no deja lugar a dudas sobre la íntima relación existente entre cáncer y dieta.
Alimentos, Nutrición y Prevención del Cáncer: Una Perspectiva Global es un informe de 650 páginas elaborado por un equipo internacional de 15 científicos de nueve países, apoyados por más de 100 críticos, que evaluaron más de 4.000 estudios sobre la dieta y el cáncer. El informe estima que un cambio en la dieta puede reducir la incidencia global de cáncer entre un 30 y un 40 por ciento, lo que equivale a entre tres y cuatro millones de casos anuales en todo el mundo. Junto con el abandono del tabaco implica que entre el 60 y el 70 por ciento de los cánceres son evitables. Los estudios realizados sobre vegetarianos muestran que tienen una menor incidencia de cáncer en general y de varios tipos específicos, tras tomar en consideración los efectos de otros factores del estilo de vida tales como el fumar y la cantidad de ejercicio. Estos beneficios se deben no sólo a la exclusión de la carne, sino también a la inclusión de una mayor cantidad y variedad de alimentos vegetales que contienen una amplia gama de sustancias que previenen el cáncer…”
Podría seguir citando muchos más textos oficiales sobre esta vinculación, pero a modo de ejemplo creo que puede ser suficiente.

A pesar que en los párrafos anteriores solo se menciona el cáncer, la relación de la alimentación es, por supuesto, en mayor o menor medida, a todo tipo de enfermedades, incluidas las mentales y psíquicas.

Conclusión


Podemos seguir negando lo evidente, pensar que es indiferente de qué nos alimentemos para tener una buena salud y continuar consumiendo comida basura, grasas animales, carne roja, azúcares refinados y resto de alimentos no recomendables, pero creo que es obvia la estrecha relación de una alimentación sana y gozar de una buena salud.