domingo, 23 de octubre de 2016

El caso de la doctora Odile Fernández: sanada después de un cáncer estadio IV

Una historia de superación, constancia y, sobre todo, de esperanza para todos los enfermos de cáncer, familiares y amigos. También para cualquier persona que le importe su salud y la de sus semejantes. En general, recomendaría a todo el mundo que conozca la historia de Odile Fernández.

Odile Fernández 


Cáncer no es igual a muerte


Te voy a contar la experiencia de una mujer joven que estuvo al borde la muerte con solo 32 años y que en lugar de rendirse, luchó, se involucró en su enfermedad y consiguió eliminarla. Toda una historia digna de ser contada, sobre todo por su ejemplo de superación y por su gran potencial para otorgar esperanza a las personas diagnosticadas con cáncer, que pueden pensar que eso es el fin.

Es importante que los afectados por esta enfermedad sean conscientes que cáncer no tiene por qué ser igual a muerte y que jamás deben darse por vencidas, ni dejarse deprimir por las expectativas de su médico, ni sentir miedo. En su lugar deben involucrarse de forma activa en la enfermedad y luchar en base a tres puntos básicos: alimentación sana, actitud positiva y amor. Sobre estos pilares trabajó Odile, que ahora te expondré mejor.

Palabrería o hechos ante la enfermedad


Que nadie se eche las manos a la cabeza, aquí no voy a dar fórmulas mágicas para sanar el cáncer, ni tampoco voy a recomendar que estos enfermos dejen sus tratamientos oncológicos. Simplemente, voy a indicar, según el caso mencionado, cómo ayudar a prevenir y/o potenciar la curación y a evitar muchos efectos negativos de la quimioterapia.

La primera vez que leí sobre la experiencia de la doctora Odile Fernández me llegó muy adentro, porque todo lo que estaba leyendo era efectivamente lo que yo defendía y creía desde hacía muchos años. Como amante de la salud natural (coexistiendo con la convencional) siempre pensé que una de las bases principales para prevenir enfermedades y gozar de buena salud está en la alimentación y las emociones.

Desde entonces soy una fiel seguidora de su blog y sigo alguna de sus conferencias o entrevistas de televisión por YouTube, en espera que venga cerca de mi ciudad para poder ir a una de ellas personalmente.

A todas mis personas cercanas (y no tanto) enfermas de cáncer, les informo del caso y de la existencia del blog, con el fin de darles esperanza y enseñarles el camino a una curación con la ayuda de una dieta sana y adecuada, así como una actitud mental hacia la serenidad, la esperanza y el amor.

Solo con mis consejos la gente puede desconfiar, ya que las personas enfermas de cáncer suelen entrar en un estado de shock y terror que es difícil de imaginar, por eso el testimonio directo de una superviviente de cáncer estadio IV, y que además es doctora en medicina, puede otorgar una confianza más solida que la mía.

El caso de la doctora Odile Fernández y la superación del cáncer


Si solamente cito que Odile Fernández es una mujer joven, médico de familia en Granada (España) y con dos hijos. Hasta aquí todo parece normal, pero esta historia es mucho más que eso. La doctora Fernández contrajo cáncer de ovarios a los 32 años, sufría metástasis en vagina, pulmón y huesos. Tenía solo un 5% de posibilidades de vivir más de 5 años.

Tiene un blog que creó con la finalidad de contar su experiencia, en el que de forma principal publica recetas anticáncer, pero que también puedes encontrar los beneficios de algunos alimentos, artículos de opinión y mucho más.

También tiene publicados varios libros sobre recetas de cocina, así como una guía práctica y una agenda, todo con el fin de ayudar a llevar una alimentación y vida anticáncer.

Reconozco que este caso me impresionó desde el principio, no sé muy bien si solo influyó mis coincidencias sobre sus métodos curativos (como indico más arriba) o su semblante dulce y feliz que transmite seguridad, serenidad y mucha sinceridad.

A pesar de vivir rodeados de personas oportunistas y aprovechadas que no dudan ni por un instante en sacar beneficio económico de la debilidad ajena, a Odile es de esas personas que te las crees, que no dudas de sus testimonios ni argumentaciones. Irradia honestidad y ternura.

Ella invita desde su blog a que los escépticos que creen que no es posible un diagnóstico y evolución similar puedan conocer su historia clínica y ver todas las pruebas. Así tuvo que hacer con un oncólogo que no creía su historia y quedó conmocionado después de poder observar él mismo, con el permiso de Odile, todo el historial clínico.

En cualquier caso, hay personas que piensan que se curó solo por la quimio, otros por la alimentación y/o estilo de vida. Ella piensa que fue por el conjunto de todo. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

Reacción después de despertar del shock ante el cáncer


Cuando conoció la fatal noticia comenzó a preguntarse qué sería de su hijo y resto de familia, si iba a sufrir, si moriría muy pronto y un etcétera de preguntas que la sucumbieron en un periodo de sollozos y lamentos hasta que, afortunadamente, reaccionó.

Por su profesión de médico, sabía que en muchas enfermedades la alimentación y las emociones van muy ligadas. A los diabéticos la dieta es esencial sobre sus niveles de glucemia, a los hipertensos las emociones varían sus cifras de presión arterial y a los enfermos del corazón les influye la alimentación, los estilos de vida y las emociones. Y pensó, ¿por qué no a los oncológicos?

Tomó parte de la enfermedad, comenzó a investigar en Pubmed1, la mayor base de publicaciones médicas del mundo, y ahí fue descubriendo la relación tan evidente que existe entre la dieta y la forma de enfermar. ¡No podía creerlo! En toda su carrera universitaria no le habían enseñado nada sobre medicina preventiva, nutrición y emociones, en el origen y desarrollo de enfermedades. Y existían muchos casos que se evidenciaba la relación.

Realmente es increíble que en la carrera universitaria para formar a médicos (por lo menos en España, desconozco lo que ocurre en otros países) no exista ni una asignatura que hable sobre nutrición y prevención para evitar enfermar. Quizá sea ese el motivo de que el oncólogo suela decir a sus pacientes que pueden comer de todo. Una auténtica barbaridad si tenemos en cuenta que hay estudios científicos que revelan que existen alimentos carcinógenos, como la carne procesada o los embutidos, entre otros.

Asimismo, en asociaciones oficiales contra el cáncer se cita que la forma de cocinar afecta el riesgo de contraer cáncer. Por ejemplo los alimentos fritos o a la parrilla producen benzopirenos que son sustancias cancerígenas. Al igual que recomiendan que no se abuse de los ahumados, salazones o conservas en vinagre, porque producen nitrosaminas, también cancerígenas.

A Odile Fernández también se lo dijeron, “come de todo y no hagas nada”, pero ella no se conformó con estas palabras de su oncólogo, del mismo modo que se resistió a despedirse de su familia, como le aconsejaba el psicólogo.
Como ella misma dice, lo ideal sería un modelo de medicina oncológica integrativa en el que no se prestase atención únicamente a la enfermedad, sino sobre todo al enfermo. Debería existir una comunicación mucho más fluida y extensa entre oncólogos y pacientes.

Y también menciona que la raíz de este problema reside en que estos especialistas disponen de poco tiempo y formación para ofrecer a sus pacientes las herramientas e información que el enfermo demanda. Además, la mayoría desconocen los beneficios que puede otorgar las terapias oncológicas junto a dieta saludable, ejercicio físico y bienestar psicológico.

El sueño de Odile Fernández para ayudar a los enfermos de cáncer


Después de tener claro la relación que existe entre la alimentación y la gestión de las emociones con la forma de enfermar, no tiene duda de que su deseo sería maravilloso.

Le encantaría poder gestionar una casa de reposo en plena naturaleza, en la que se tratase al paciente oncológico de forma integral. En ese lugar los pacientes recibirían tratamiento convencional de la mano de oncólogos y enfermeras, pero además disfrutarían de ejercicio al aire libre como yoga, chikung o paseos. Se les enseñaría a cocinar y degustarían exquisitas recetas preparadas con alimentos frescos ecológicos y de temporada.

También existirían talleres de “arteterapia” para pintar, hacer manualidades o practicas similares para ayudar a canalizar y eliminar sentimientos negativos. Y grupos para poder expresar sus miedos e inquietudes sin ser juzgado ni cuestionado.

Sin duda, una maravilla de sueño, al que yo añadiría, para seguir soñando, que lo subvencionara la Seguridad Social y de este modo pudieran beneficiarse todas las personas, no solo las que su poder adquisitivo se lo permita. ¡Ojalá se haga realidad!

Cítricos, alimentos anticáncer
 (Foto by Petr Kratochvil)

Terapia natural anticáncer de la doctora Odile Fernández


Después de los primeros efectos negativos de conocer su enfermedad, respiró hondo y comenzó a repetirse “Cáncer no es igual a muerte, dejo atrás el miedo y doy paso a la esperanza. Voy a sanar” y comenzó una nueva vida en la que no tenía cabida el miedo, solo reinaba la esperanza, el amor y la felicidad.

Los pilares de su nuevo plan de sanación eran: alimentación, ejercicio físico y gestión de emociones.
Introdujo en su dieta alimentos ricos en fitoquímicos que bloquean el proceso de carcinogénesis, y eliminó los alimentos ricos en carcinógenos y/o pobres en nutrientes.

Suprimió:
  • Refinados como el pan blanco y la pasta blanca, ya que a este tipo de alimentos les quitan parte de sus nutrientes, como la fibra, vitaminas, polifenoles y minerales, y les dejan los hidratos de carbono y las calorías.
  • Los procesados y empaquetados.
  • Alimentos ricos en azúcares refinados, como la pastelería o bollería.
  • Los aceites vegetales refinados, como el de girasol o maíz.
  • Las carnes rojas, embutidos, salazones y ahumados.
  • Las frituras y las barbacoas.
  • Lácteos.

Incorporó:
  • Alimentos crudos, como ensaladas, gazpachos y batidos o licuados, a base de frutas y verduras de temporada. Vegetales de hoja verde, crucíferas, cebolla, ajo y tomate. Fruta fresca, en especial manzanas rojas, frutos rojos, cítricos, uvas, melocotón, ciruela y nectarinas.
  • Pescados hechos al vapor, sobre todo los azules de tamaño pequeño como el boquerón, caballa o la sardina.
  • Legumbres y cereales integrales.
  • Germinados de alfalfa, brócoli y judía mungo.
  • Especias y aromáticas: cúrcuma, curry, pimienta negra, cayena, orégano, perejil, cilantro, canela, clavo y cardamomo.
  • Frutos secos crudos: nueces, avellanas o almendras.
  • Semillas, algas y setas.

Cúrcuma, especia con efecto demostrado anticáncer
(Foto by Simón A Evgster)

En el plano psicológico:

Cambió su forma de pensar y comportamiento. Empezó a valorar los pequeños detalles y a sentir un gran amor por todas las personas que le rodeaban y a sí misma.

En cada descanso de la quimioterapia emprendía un viaje junto a su pareja y su hijo. Durante las sesiones planeaba el siguiente viaje y ello le ayudaba a soportar mejor la sesión.

En definitiva, disfrutaba de cada instante, sentía ilusión e irradiaba amor incondicional hacia todo y hacia todos.

Conclusiones finales


Según la OMS el cáncer es una enfermedad que se puede prevenir. ¡Y el 70% de ellos pueden prevenirse con una buena alimentación y estilo de vida saludable!

¿Por qué no nos ponemos manos a la obra?




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